Mons. Francisco Prieto: «Los catequistas sois un pilar fundamental en la vida de nuestra Iglesia»

Intervención del arzobispo de Santiago de Compostela, mons. Francisco Prieto, en el programa El Espejo de Cope (25OCT24). Es un mensaje de aliento y motivación para los catequistas, reconociendo su servicio a la Iglesia y animándolos a vivir su vocación con alegría y entusiasmo, confiando en la ayuda del Espíritu Santo y el apoyo de la comunidad:

 

El valor de los catequistas: El mensaje del arzobispo resalta la labor fundamental de los catequistas como «pilar fundamental en la vida de nuestra Iglesia». Se les reconoce como formadores de las nuevas generaciones y guías en el camino de la fe: “Los catequistas sois un pilar fundamental en la vida de nuestra Iglesia, pues a través de vuestro testimonio, de vuestra dedicación, formáis a las nuevas generaciones y los acompañáis en el conocimiento y amor a Jesucristo.»

La catequesis como vocación: D. Francisco destaca que la tarea de los catequistas no es simplemente una labor, sino una verdadera vocación, un servicio al reino de Dios: «Vuestra labor no es una simple tarea, es una verdadera vocación, un verdadero servicio al reino de Dios, una manifestación viva del amor de Cristo que os envía y nos envía a ser sus discípulos y hacer discípulos a todas las naciones.»

El testimonio personal: Mons. prieto hace hincapié en la importancia del testimonio personal coherente con el Evangelio como la mejor enseñanza que pueden ofrecer los catequistas: «Vuestro testimonio personal, vuestra vida coherente con el Evangelio es la mejor enseñanza que podéis ofrecer»

El papel del Espíritu Santo: Recuerda que el verdadero protagonista de la catequesis es el Espíritu Santo, que actúa a través de la comunidad parroquial, los catequistas y las familias: «Sin olvidar que el verdadero protagonista de toda auténtica catequesis como de toda acción evangelizadora es el Espíritu Santo»

La comunidad como apoyo: El arzobispo destaca el papel de la comunidad eclesial, incluyendo a los padres como primeros catequistas, en el acompañamiento y crecimiento de los niños y jóvenes en la fe: «Los catequistas y de alguna manera todos los que formamos la comunidad eclesial somos testigos, maestros y acompañantes de nuestros niños, jóvenes y adultos, en su camino de crecimiento en la fe.»

La importancia de la oración: Finalmente, anima a los catequistas a cultivar una dimensión contemplativa y orante en sus vidas: «Pedimos que también esa dimensión contemplativa y orante esté presente en vosotros y en vuestras vidas.»

 

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