Mons. Francisco Prieto inicia el Adviento con un mensaje de esperanza en el centro para personas con discapacidad Pai Menni

El arzobispo de Santiago, Mons. Francisco José Prieto Fernández, presidió hoy la Eucaristía, retransmitida por la Televisión de Galicia, en el Centro Pai Menni de las Hermanas Hospitalarias de Betanzos, que ofrece atención integral a personas con discapacidad intelectual.

Acompañado por el delegado de Catequesis, Miguel López Varela, y con la participación del Coro de Catequistas del Pilar de Santiago, esta celebración coincide tanto con el inicio del Adviento como con el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, reafirmando así el compromiso de la Iglesia con la inclusión y la promoción de la dignidad de todas las personas.

Con el lema «Todos juntos regalamos esperanza«, el arzobispo invitó a la reflexión sobre el significado de la esperanza en un mundo a menudo marcado por la violencia, la injusticia y el sufrimiento. Durante la ceremonia, se encendió la primera vela de la corona de Adviento, símbolo de la esperanza que ilumina el camino hacia la Navidad.

Mons. Francisco Prieto resaltó la labor del Centro Pai Menni, que este año celebra el 25º aniversario de la canonización de su fundador, San Benito Menni, como un ejemplo tangible de esperanza. Afirmó: «Aquí, las Hermanas Hospitalarias son lugar y espacio de esperanza porque aquí cuidan a las personas, se hace con caridad y humanidad».

Dirigiéndose a las personas con discapacidad, el arzobispo las llamó «signo de esperanza» y reconoció su valiosa contribución a la sociedad: «Sois un signo de esperanza, aquellos que vivís y camináis acompañados de profesionales, de vuestra familia y de tantos voluntarios que ayudan a hacer que esas discapacidades se vuelvan capacidades».

Mons. Prieto instó a los presentes a ser portadores de esperanza en un mundo «frágil y vulnerable», recordando las palabras del profeta Jeremías sobre la necesidad de «revestirnos de esperanza para esperar el derecho y la justicia que vienen en el nombre de Dios». Además, animó a la comunidad a cultivar la esperanza a través del amor al prójimo, siguiendo el ejemplo de San Pablo: «Que el amor llene nuestras vidas, nuestras comunidades, nuestros espacios de encuentro».

El arzobispo concluyó su homilía con una llamada a la acción, invitando a los fieles a «levantar la mirada» y reconocer la esperanza presente en cada persona: «Levantad, alzad la mirada, miremos al horizonte (…) abrámonos a lo que está a nuestro alrededor. Descubramos que todos aportamos en capacidades o discapacidades; todos tenemos algo que ofrecer y compartir».

La celebración eucarística en el centro Pai Menni de las Hermanas Hospitalarias representó un emotivo inicio del tiempo de Adviento, un tiempo de preparación para la Navidad marcado por la esperanza y la solidaridad.

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