- El arzobispo de Santiago, monseñor Francisco José Prieto, animó a los fieles a vivir una fe activa y esperanzada, siendo “piedras vivas” en una Iglesia abierta al mundo y al servicio de los demás.
- El párroco José García Gondar recordó el esfuerzo compartido de la comunidad y los orígenes del proyecto parroquial que hoy cumple 50 años.
- El alcalde Evencio Ferrero invocó al patrón con un mensaje cargado de humanidad, memoria y compromiso social, apelando a la solidaridad como seña de identidad de Carballo.
Hoy martes, 24 de junio, festividad de San Juan Bautista y día festivo local en Carballo, la comunidad parroquial vivió una jornada profundamente simbólica y espiritual. No solo se conmemoraba la fiesta del santo patrón, sino que se celebraban también los 50 años de la bendición del templo parroquial, convertido en estos cinco decenios en verdadero corazón espiritual, social y comunitario de la villa bergantiñana.
La misa solemne, que comenzó a las doce y media del mediodía, estuvo presidida por el arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Francisco José Prieto Fernández. Concelebraron con él el cardenal-arzobispo emérito de Madrid, monseñor Antonio María Rouco Varela, el párroco José García Gondar, y otros sacerdotes que a lo largo de medio siglo han formado parte de la vida pastoral de la parroquia. Entre ellos se encontraban Xosé Pumar Gándara, el padre Plácido y un nutrido grupo de presbíteros de la comarca. La Coral Polifónica de Bergantiños y el coro Aires de Bergantiños ofrecieron un acompañamiento musical de extraordinaria belleza, envolviendo la celebración en un clima de solemnidad.
«Queremos con todos vosotros dar gracias al Señor»
Durante la bienvenida, el párroco José García Gondar, alma y testigo de estos 50 años de historia, quiso recordar con gratitud los momentos fundacionales del templo y el esfuerzo compartido de una comunidad viva: «Queremos con todos vosotros dar gracias al Señor y a cuantos su ilusión y generosidad hicieron posible la construcción de este templo».
Recordó cómo en agosto de 1972 llegó a la parroquia un nuevo equipo sacerdotal lleno de juventud e ilusión, y cómo apenas unos meses después, el 18 de febrero de 1973, se constituyó por votación popular la comisión de obras que haría realidad el sueño del nuevo templo. Un sueño que tomó forma gracias al proyecto del arquitecto carballés José Manuel Rey Pichel, y que fue bendecido solemnemente el 25 de junio de 1975 por monseñor Ángel Suquía.
Invocación del alcalde
Uno de los momentos más esperados fue la invocación al patrón, pronunciada por el alcalde de Carballo, Evencio Ferrero, quien, como es tradición, elevó una reflexión desde lo más hondo del alma colectiva. «Cuando es mi voz la única que llena el silencio», comenzó diciendo, en una invocación que fue mucho más que un discurso institucional: un auténtico mensaje cargado de simbolismo, compromiso y poesía.
«Queremos también acoger a quien lo necesita y tener las puertas siempre abiertas, al igual que esta parroquia, ser solidarios en estos tiempos de escasa humanidad, de profundo egoísmo, de enfrentamientos, de insolidaridad y genocidio», proclamó el alcalde.
Recordó también con fuerza la historia migrante de Galicia, la herida abierta de la emigración y la importancia de ser un pueblo acogedor: «Sabemos que las penas y las gotas de sangre de cualquier niño convierten en fuego la rabia de nuestros sentimientos más profundos». Y concluyó pidiendo al patrón que siga guiando y protegiendo a la villa: «Que las aguas del Jordán lleguen al ramaje verde del Anllóns para regar de felicidad el corazón de nuestros carballeses, que pacientemente siguen siendo buenos y generosos».
«Tenemos una misión que ninguno puede hacer por nosotros»
En la homilía del arzobispo de Santiago, mons. Francisco José Prieto, se entrelazaron la memoria agradecida, la llamada profética y la esperanza activa.
El prelado compostelano recordó que el templo parroquial de Carballo fue durante 50 años un lugar de encuentro con la gracia de Dios, donde se acogió la vida, se celebró la fe y se compartió la esperanza: “Lo más importante no son los muros, sino las personas, la comunidad viva que celebra, sirve y ama en nombre de Cristo”.
Invitó a los presentes a ser “piedras vivas” en una Iglesia que no se encierra en la nostalgia del pasado, sino que se proyecta hacia el futuro, dispuesta a anunciar el Evangelio con alegría: “El testimonio cristiano hoy es más necesario que nunca. Nuestra sociedad necesita signos de luz, de servicio y de verdad”.
Haciendo memoria de san Juan Bautista, lo presentó como un referente de humildad, valentía y fidelidad a la misión: “Fue la voz que clamaba en el desierto, la voz que preparó el camino al Señor. No quiso ser el centro, sino testigo. Esa es nuestra tarea: ser voz que anuncia y manos que sirven”.
Subrayó que la fe no es un refugio, sino una puerta abierta al otro: “Donde hay cristianos de verdad, hay compasión, diálogo y compromiso”. También llamó a los jóvenes, a las familias, a los mayores, a todos, a no delegar la vocación bautismal: “Tenemos una misión que nadie puede hacer por nosotros. Dios cuenta contigo, cuenta conmigo, cuenta con cada uno de nosotros”.
@archicompostela 50 años de la bendición del templo de Carballo El lunes, 24 de junio, festividad de San Juan Bautista y día festivo local en Carballo, la comunidad parroquial vivió una jornada profundamente simbólica y espiritual. No solo se conmemoraba la fiesta del santo patrón, sino que se celebraban también los 50 años de la bendición del templo parroquial, convertido en estos cinco decenios en verdadero corazón espiritual, social y comunitario de la villa bergantiñana. La misa solemne, que comenzó a las doce y media del mediodía, estuvo presidida por el arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Francisco José Prieto Fernández. Concelebraron con él el cardenal-arzobispo emérito de Madrid, monseñor Antonio María Rouco Varela, el párroco José García Gondar, y otros sacerdotes que a lo largo de medio siglo han formado parte de la vida pastoral de la parroquia. Entre ellos se encontraban Xosé Pumar Gándara, el padre Plácido y un nutrido grupo de presbíteros de la comarca. La Coral Polifónica de Bergantiños y el coro Aires de Bergantiños ofrecieron un acompañamiento musical de extraordinaria belleza, envolviendo la celebración en un clima de solemnidad. #archicompostela #monsfranciscoprieto
Conectando con el camino sinodal de la Iglesia y con el Jubileo del año 2025, invitó a ser “peregrinos de esperanza”, viviendo una espiritualidad que construya comunidad: “No se trata solo de creer, sino de vivir como creyentes, en medio del mundo, allí donde estamos”.
Concluyó su homilía exhortando a construir puentes, no muros: “La Iglesia es casa de puertas abiertas. La caridad, el perdón y la alegría son su idioma más verdadero”. Y como un eco de esperanza, resonaron las palabras del papa Francisco: “La fe se transmite por contagio, no por imposición. Que vuestras vidas contagien fe y esperanza”.
Una procesión de gratitud por las calles de Carballo
Tras la eucaristía, las imágenes de San Xoán Bautista y de la Virgen del Carmen salieron en procesión por las calles de Carballo, acompañada por autoridades, vecinos y los sonidos festivos de la banda Municipal de Carballo.
Como una oración en movimiento, la procesión cerró una jornada cargada de historia y esperanza. Carballo celebró no solo un templo de medio siglo, sino una comunidad que sigue caminando unida, guiada por la fe y por un compromiso que, como recordó su párroco, «sigue siendo semilla de un futuro todavía más evangélico«.