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El pasado sábado 7 de diciembre, a las 19:00 horas, tuvo lugar la ordenación diaconal de Theodorus Josef Kitem, CRS y Abel Carlos Carmone, CRS en la Iglesia Parroquial Santo Tomás Becket en Caldas de Reis. La ceremonia fue presidida por el Arzobispo de Santiago de Compostela, mons. Francisco José Prieto Fernández.
Abel Carmone, nacido en Beira, Mozambique, comenzó su camino vocacional en el Seminario Somasco de su ciudad natal. Realizó su noviciado en Bucaramanga, Colombia, y continuó sus estudios de Teología en el ITC de Santiago de Compostela, donde obtuvo el bachillerato. Durante su estancia en Santiago, vivió en la comunidad de Mexonfrío y colaboró activamente en la pastoral de la zona. Actualmente, Abel reside en la comunidad somasca de Aranjuez y trabaja en el Colegio Apóstol Santiago-Padres Somasco.
Por su parte, Theodorus Kitten, originario de la Isla de Flores en Indonesia, inició sus estudios en el seminario somasco de su isla natal. Su noviciado y estudios de filosofía los realizó en Filipinas, completándolos en Indonesia. Posteriormente, estudió Teología en el ITC de Santiago, obteniendo también el bachillerato. Al igual que Abel, vivió en la comunidad de Mexonfrío y colaboró en la pastoral local. En la actualidad, Theodorus trabaja en el Colegio San Fermín de los Somascos en Caldas de Reis y está cursando estudios de magisterio.
Este significativo acontecimiento marcó un paso crucial en la vida de estos jóvenes, quienes tras años de formación y dedicación, fueron ordenados diáconos por mons. Prieto, en un acto que simboliza su compromiso con el servicio a la Iglesia y a la comunidad. La ordenación fue un momento de intensa oración y celebración, donde la comunidad de Caldas de Reis y numerosos fieles se congregaron para acompañar a Theo y Abel en su camino de entrega.
La celebración no solo fue un acto de fe, sino también una muestra de la unidad y apoyo de la comunidad parroquial y de la Orden de los Padres Somascos. La ordenación de Theo y Abel refuerza la misión de la Iglesia y la respuesta generosa a la llamada de Dios.
