- El arzobispo indica en una carta ante la V Jornada Mundial de los Pobres que es preciso “vivir la fraternidad, la solidaridad y la amistad con los más desfavorecidos”
“La pandemia ha puesto de relieve diferentes formas de pobreza. Nos hace recordar las palabras de San Juan XXIII: “He aquí la hora de los pobres, de los millones de pobres que existen en el mundo, es la hora del misterio de la Iglesia, madre de los pobres, es la hora del misterio de Cristo sobre todo en el pobre”. Sin duda, muchas personas sensibles a esta realidad están desviviéndose por los pobres”. Así se expresa el arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, en la Carta Pastoral que dirige a los diocesanos con ocasión de la V Jornada Mundial de los Pobres, que se desarrollará este domingo día 14 de noviembre bajo el lema “A los pobres los tendréis siempre con vosotros” (Mc 14, 7), siguiendo el mensaje del papa Francisco. En su carta, monseñor Barrio indica que “ante los dramas de las personas y de sus miserias la respuesta es vivir la fraternidad, la solidaridad y la amistad con los más desfavorecidos. Están prohibidos el desprecio y la indiferencia”.
Como se sabe, la Jornada Mundial de los Pobres responde a una iniciativa del papa Francisco, quien tuvo la idea de impulsar esta Jornada el 13 de noviembre de 2016, durante el cierre del Año de la Misericordia y cuando en la Basílica de San Pedro el Santo Padre celebraba el Jubileo dedicado a las personas marginadas. Al finalizar la homilía, y de manera espontánea, Francisco expresó su deseo de que “quisiera que hoy fuera la Jornada de los Pobres”.
En esta línea, el arzobispo compostelano aboga por tener una relación personal con los pobres, más allá del mero asistencialismo: “Nuestro compromiso”, indica monseñor Barrio, “no consiste exclusivamente en acciones o en programas de promoción y asistencia; lo que el Espíritu moviliza no es un desborde activista, sino ante todo una atención puesta en el otro considerándolo como uno consigo. Esta atención amante es el inicio de una verdadera preocupación por su persona, a partir de la cual deseo buscar efectivamente su bien”.
Así, monseñor Barrio señala que “se nos llama a compartir con ellos más allá de la limosna puntual y ocasional. En la actualidad, encontramos a muchos hombres y mujeres, jóvenes y niños que no sólo ayudan sino que comparten con los pobres en las distintas y nuevas formas de pobreza. La generosidad de la que muchas personas dan testimonio, unida a proyectos de promoción humana, está aportando y aportará una contribución muy importante en estas circunstancias”.
En Roma, el domingo 14 de noviembre, a las 10:00 horas, el Papa presidirá la celebración de la Santa Eucaristía en la Basílica de San Pedro, con la participación de 2.000 personas pobres, en cumplimiento de la normativa sanitaria, asistidas por las distintas Asociaciones de Voluntariado presentes en el territorio de Roma. Las lecturas y la oración de los fieles serán proclamadas por algunos pobres. Al final de la celebración se distribuirá comida caliente a todos los participantes.
Por su parte, la Conferencia Episcopal Española (CEE) que esta jornada “es una nueva oportunidad para tomar conciencia acerca sobre cuál es el nivel de participación de quienes habitualmente son menos tenidos en cuenta en los espacios de reflexión, toma de decisiones y celebración. Con ese objetivo, los promotores de la Jornada proponen, por ejemplo, un encuentro cordial con las personas excluidas “para escucharles y conocer mejor su sentir, para descubrir qué nos puede ofrecer personal y comunitariamente esa persona, familia o grupo que recibimos desde su falta de recursos, desde su fragilidad”.