Mons. Francisco Prieto: «Os propongo vivir esta sinodalidad de la santidad en nuestra Iglesia diocesana de Santiago»

Bajo el lema «Tú también puedes ser santo», la Iglesia celebra este domingo 9 de noviembre el Día de la Iglesia Diocesana. Con motivo de esta jornada, el arzobispo de Santiago, monseñor Francisco José Prieto Fernández, ha dirigido una carta pastoral publicada en la revista Nuestra Iglesia, en la que invita a los fieles a vivir «la sinodalidad de la santidad» desde la vida cotidiana y comunitaria.

En su mensaje, el prelado recuerda que la santidad no es un privilegio reservado a unos pocos, sino una vocación universal que alcanza a cada persona en su realidad concreta: «La santidad es la plenitud de vida cristiana a la que todos estamos llamados, cada uno desde su propia vocación y estado de vida», escribe.

Una llamada a volver a las raíces

Monseñor Prieto comienza su carta apelando a la necesidad de regresar a las raíces de la fe, a esa esencia que define a la comunidad cristiana y la nutre espiritualmente. “Ser cristiano es una vocación, no una inscripción”, subraya, recordando que todo bautizado está llamado a ser “discípulo y testigo” de Cristo.

Desde esa conciencia, el arzobispo propone vivir una Iglesia “sinodal”, es decir, una comunidad que camina unida, sin exclusiones ni particularismos, compartiendo la misión evangelizadora en todos los ámbitos: parroquias, movimientos, comunidades y familias.

La santidad del día a día

El prelado compostelano insiste en que la santidad no se alcanza en gestos heroicos o experiencias extraordinarias, sino en la fidelidad y el amor con que se vive lo ordinario: el trabajo, los estudios, la familia, las relaciones personales y el compromiso social.

En su carta cita al papa Francisco, quien en su exhortación Gaudete et exsultate habla de “la santidad de la puerta de al lado”, aquella que se refleja en los padres que crían a sus hijos con amor, en los hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a casa, en los enfermos, en las religiosas ancianas que siguen sonriendo.

Una comunidad acompañada por los santos

El arzobispo pone de relieve que el camino de la Iglesia no es solitario, sino acompañado por una “gran nube de testigos” que han vivido con radicalidad el amor a Dios y al prójimo. Son los santos, los “amigos de Dios”, como los llamaba Benedicto XVI, cuya vida -a menudo marcada por pruebas y sufrimientos- es fuente de inspiración, consuelo y esperanza para los creyentes de hoy.

Caminar juntos hacia la santidad

La carta concluye con una invitación a vivir la santidad como una experiencia compartida, en comunión y fraternidad: “Caminad juntos, sin exclusiones ni particularismos, en todas las presencias y realidades comunitarias, en todas las edades y carismas”, exhorta el arzobispo, confiando en que “la acción del Espíritu haga fecunda la entrega generosa y creativa” de todos los miembros de la diócesis.

Con este mensaje, monseñor Francisco José Prieto Fernández busca renovar la conciencia de que la santidad no es un destino lejano, sino un modo de vivir el presente con amor, fe y compromiso.

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