Hoy, domingo 26 de enero, en el marco de la celebración del VI Domingo de la Palabra de Dios, el arzobispo de Santiago de Compostela, Mons. Francisco Prieto, ha presidido la dedicación de tres altares en las parroquias de Güimil, Vilarmaior y Verís. En todas las celebraciones, el párroco D. Diego Parra acompañó al arzobispo en los ritos de dedicación.
El día, instituido por el papa Francisco para fomentar la reflexión, celebración y divulgación de las Sagradas Escrituras, ha tenido un significado especial para estas comunidades, que han visto cómo sus nuevos altares han sido consagrados en ceremonias solemnes y emotivas.

La dedicación de un altar es un rito solemne y profundamente significativo en la liturgia de la Iglesia. La misa específica para esta ocasión incluye la bendición y aspersión del agua por parte del obispo, quien rocía al pueblo y al nuevo altar. Luego, durante la liturgia de la palabra, se realizan tres lecturas y el obispo ofrece una homilía, seguida por el Credo y las letanías de los santos.
El momento culminante del rito es la celebración de la Eucaristía, que está íntimamente relacionada con la dedicación del altar. Además, se realiza una oración de dedicación en la que se expresa la voluntad de consagrar el altar al Señor para siempre. Los ritos de unción, incensación, revestimiento e iluminación del altar simbolizan la acción invisible que Dios realiza a través de la Iglesia durante la celebración de los sagrados misterios, especialmente la eucaristía.
La unción del altar con crisma lo convierte en símbolo de Cristo, el «Ungido». La quema de incienso simboliza el sacrificio de Cristo y las oraciones de los fieles ascendiendo a Dios. El revestimiento y la iluminación del altar indican su papel como mesa del sacrificio eucarístico y la luz de Cristo iluminando a las naciones.
