El Arzobispado de Santiago y el Concello de Arteixo suscribieron hoy un convenio por el que se amplía el acuerdo suscrito en 2015 para la cesión por parte de la Iglesia Diocesana de la Rectoral de Santa María de Loureda. En virtud de la “addenda” firmada entre el ecónomo diocesano, Fernando Barros, y el alcalde de Arteixo, José Carlos Calvelo, el Arzobispado cede gratuitamente al Concello de Arteixo el uso de los metros cuadrados que ocupan la Casa Rectoral con sus anexos y el terreno sin edificar, a fin de crear “un espacio destinado a usos públicos de los habitantes de la parroquia de Loureda”. Usos que serán compatibles con el uso destinado a finalidades propias de la parroquia. En la firma estaba presente Manuel Blanco Rey, párroco de Santa María de Loureda.
De acuerdo con el convenio actualizado hoy, el Concello de Arteixo se compromete a asumir las obras necesarias para el acondicionamiento de la parcela a los “fines de los usos conveniados y los gastos que pudieran derivarse de estas”. De tal modo, la planta baja de la rectoral y anexos serán para uso del Concello, y en la parte alta se creará y habilitará una “sala multiusos de la que podrá disponer el Arzobispado por cuenta del párroco de Santa María de Loureda para usos parroquiales, así como una dependencia de unos 75 metros cuadrados reservado para uso exclusivo del Arzobispado o del párroco”.
La parcela para uso del Concello se cede por un plazo de treinta años, finalizado el cual las partes podrán acudir a sucesivas prórrogas de cinco años de duración. Para el inicio de las obras precisas para la adecuación de la Casa Rectoral previstos, se establece un plazo de dos años. En la ampliación del convenio se incluye además la constitución de una comisión de seguimiento, integrada por dos representantes del Arzobispado y de la parroquia, así como otros dos miembros en representación del Concello de Arteixo.